El camino

Voy a arrancar por el fin: esto es un compendio de ideas sueltas y desordenadas con las cuales claramente no voy a escribir un libro y este medio me da, por suerte, la herramienta perfecta para - tratar - de plasmarlas sin ningún tipo de obligación.

Vale aclarar: quizás acá ya encontramos la primera contradicción - un compendio desordenado. Sin embargo, considero muy sana la contradicción. Nos da la pauta de que estamos pensando y no nos estamos encasillando en solo una idea.

Al momento de que se me ocurriese empezar esto, pensé que no iba a saber que nombre ponerle. Pero no puedo con mi genio. Una línea y se me ocurre algo.

El tema no es nunca el título, sino el contenido siguiente. Es increíble como puede uno pensar que "la tiene atada". Que sabe lo que quiere, como lograrlo, cuando hacerlo, en que momento. Pero incluso a veces, teniendo todas estar certezas, fallamos. Y no fallamos al final. A veces ni siquiera intentamos. Empezamos y abandonamos. Esa avalancha de sensaciones que teníamos antes de hacer eso que estábamos seguros de hacer, se nos vuelve en contra y escapamos. A mí personalmente, me causa mucho recelo hacia mí mismo que me pase algo así. Es como que me da mucho miedo el no concluir las cosas. No por esa cosa en si, si no por las siguientes. Tengo miedo de quedarme en el camino, esa es la verdad.

Seamos sinceros entre todos nosotros viejo: hombre o mujer, de 18 o de 29; es difícil realmente confiar en uno mismo.

Quizás sea justamente la falta de razón y convencimiento de eso que queremos hacer. Estoy convencido que las vivencias son el motor y combustible de esa imagen que tenemos en nuestro "mundo de las ideas".

Las vivencias son esas experiencias en carne propia cuando nos falto algo. Cabe aclarar que para mí la falta de algo no es siempre la carencia, sino que a veces también es la abundancia. No te voy a mentir, querido lector: a mi me gusta la ropa de marca porque de chico nunca pude comprarme.
Pero la chispa de encendido, el ingrediente final, ese que hace explotar la mezcla, la frutilla del postre, el que marca la diferencia, es la convicción. La  REAL convicción hace que transformemos esa energía que a veces nos sobra (y que a veces nos falta) y la convirtamos en algo material o ideológico con forma definida. Convierte semanas de estudio en aprobar un final, y convierte semanas de no-estudio en un bochazo.

Durante 5 años de mi carrera, estuve 4 años sin estudiar. Real. Estaba convencido de que no quería o tenía que estudiar. Estaba convencido de que mi idea de éxito la encontraba por otro camino.
Hace un año cambie completamente el chip de mi cabeza y empece a dedicarme al estudio.

Hacía mucho que no era tan feliz.

La sensación de plenitud es muy importante en la vida.

Y con plenitud no me refiero a ir de shopping y destruir la tarjeta de crédito en tu local de ropa favorito después de haberte probado 100 prendas y que todas te hayan quedado increíbles. Si no que creo yo que la plenitud la encontramos cuando dejamos todo tipo de remordimiento en lo que hacemos, nos dedicamos a ser nosotros mismos y dejamos de pensar en los demás.

Sí esto es así realmente, cuando tenga 70 años estaré muy complacido en llamarme a mí mismo "afortunado" por haberme dado cuenta tan temprano.

Tengo 22 años y juro que ya me siento demasiado grande. Tengo miedo de que se me vaya la vida y me haya "quedado en el camino". Después de soplar las velas de mi torta de cumpleaños me di cuenta. "Voy a rehacer mi vida" fue la premisa. Espero poder cumplir. Dejaré lo que tenga que dejar y haré lo que tenga que hacer. Después las metas que uno se ponga seran alcanzadas o no. Lo importante es hacerlo con convicción, directamente relacionada a la plenitud.

Solo espero que al final se trate de eso la vida: del camino.

Comentarios